Author - Dani Elord

Pagasarri Igoera – Subida al Pagasarri

Recientemente Kilian Jornet intentó batir el record del Mundo de las 24 horas en pista. Este intento me recordó a Alfredo Uría, que tuve el placer de ver en uno de sus últimos intentos de record de larga distancia. Esto me hizo indagar sobre su figura como deportista. En 1982 consiguió batir el record del Mundo de las 24 horas y actualmente tiene el record del Mundo de las 1000 millas y los 1500 km. Además pude constatar un registro de subida al Pagasarri que realizó en 29:46 segundos.

Foto Pagasarri

Seguí en mi investigación y la subida empezaba en el puente de Cantalojas hasta el monte Pagasarri. Como homenaje a su figura de deportista amateur, hemos querido documentar en recorrido abriendo un segmento en la aplicación Strava.

Mapa subida Pagasarri

Son 5,63 km con +613 m con una media de 10,5% de pendiente media.

Perfil Subida Pagasarri

Desconocemos si el recorrido es exactamente igual al realizado por él en su día, pero hemos querido seguir el recorrido mas corto hasta la cima.

Desde Basajaun como defensores del deporte amateur os lanzamos el reto de la subida, al monte mas visitado de Bilbao.

Enlace segmento Strava

En el enlace podéis revisar el recorrido y descargar el track.

 

Kolazinoko Mendi Eguna 2019 – 3º por equipos

El sabado 23 de marzo 13 integrantes del equipo estuvimos corriendo en la quinta edición de Kolazinoko Mendi Eguna.

Equipo

Nos ha alegrado mucho el lograr el tercer puesto por equipos en esta carrera tan dura, teniendo en cuenta que teníamos corredores de todos los niveles.

Unai

Gran mañana con muy buen tiempo, quizá demasiado calor que se hizo notar al final de la prueba.

Diego IV

La prueba de 24 km con +1500 m pasaba por las cimas de Santiagozar, Mandoia, Seata y Erosomendi.

Igor Jon Josu N33A3053 III

BUTS 2019: Bilbao-Vitoria / la crónica

Esta es la crónica contada por nuestro compañero Gonzalo Perez en Diario de Noticias de Alava sobre la Buts Bilbao Vitoria, donde también corrieron nuerstros compañeros de club Alex, Mikel y Borja.

Nervios e intranquilidad, emoción y ganas, afán de superación y capacidad de afrontar retos, algo de miedo y mucho respeto. Todo eso se notaba y se palpaba, o al menos yo lo notaba y lo palpaba, en la línea de salida situada en la plaza del Teatro Arriaga de Bilbao, a eso de las doce menos cuarto de la noche del viernes con poco más de quince minutos para empezar con esta aventura. Junto a mí, otros 202 corredores venidos de muchos lugares, como Huesca, Valencia, Murcia, incluso de otros países como Francia, Rusia o Estados Unidos, además de los más cercanos, estábamos dispuestos a cubrir los 108 kilómetros con más de 11.000 metros de desnivel acumulado que nos separaban de la meta en Vitoria-Gasteiz.

Buts 1

Minutos antes de la salida habíamos pasado el control de material obligatorio, así como la activación de la baliza GPS que además de marcar nuestra posición para seguridad nuestra, serviría para que nuestros amigos, familia y curiosos varios pudieran seguir nuestros pasos durante el sábado e incluso alguna hora del domingo. Y eso es porque el límite de tiempo que teníamos para llegar a la capital Alavesa era de 25 horas: la jornada completa del sábado así como la primera hora de la madrugada del domingo. Justo antes de dar el pistoletazo de salida tuve la oportunidad de sentir, por primera vez en esta carrera, la piel de gallina gracias al emocionante aurresku con el que la organización nos homenajeó a todos.

INICIO COMPLICADO Después, una pequeña cuenta atrás y allí que salimos todos en salida neutralizada por el Casco Viejo bilbaíno. Las primeras posiciones salen disparadas, los de detrás nos lo tomamos con más calma. Eso sí, ilusión, todos por igual. Minutos más tarde dejamos atrás el Mercado de La Ribera y, al terminar de atravesar Miribilla y San Adrián, enfilamos las primeras rampas del Arnotegi, ya en terreno de montaña. Asel, mi compañero de aventura, y yo subimos a buen ritmo y en algo menos de una hora estamos ya en el aparcamiento del Pagasarri para empezar a ascenderlo. Casi al final de la subida noto que Asel no va bien ya que se queda muy atrás y, aunque le espero y le intento animar aprovechando el primer avituallamiento, en cuanto vamos camino del Ganekogorta (kilómetro 10) me dice que tire para delante que él no va. Finalmente lo dejaría en Areta (kilómetro 23). Solo decirle que el mero hecho de estar en la línea de salida ya le hace ganador.

Buts 2

Con este contratiempo, ya que no me había planteado pasar la noche solo, me encamino hacia Areta. Voy con buen ritmo lo que me hace adelantar a bastante gente y paso Kamaraka (kilómetro 17) con muy buenas sensaciones. Allí la cosa cambia para bien, ya que al iniciar la bajada a Areta, encuentro a un nuevo compañero de carrera. Es Aitor, un chico de Llodio, que me reconoce de alguna otra locura en la que me he embarcado, y con él, ya que llevamos el mismo ritmo, me planteo pasar los kilómetros siguientes, al final serían casi 50 más.

EL TRAMO MÁS DURO Llegamos a Areta (kilómetro 23), donde reponemos fuerzas con un buen avituallamiento, en poco más de tres horas y media. Va bien la cosa, según lo previsto. En el siguiente tramo, hasta Orozko, tenemos que subir a Elorritxugane y pasar por la ermita de Santa Marina. Para mí, junto con los últimos 8 kilómetros, ha sido el trecho más duro, sobre todo por inesperado debido a la dureza de alguna rampa. Durante este periplo charlo con Aitor, que me cuenta que, a pesar de entrenar por aquí, esta subida no la ha hecho nunca, lo mismo que la bajada a Orozko. Llegamos al centro del pueblo, donde en el avituallamiento nos tratan como en el resto de la carrera: de diez como mínimo. Tenemos que valorar más la labor de los voluntarios, no es fácil tirarse toda la madrugada, o aguantar todo el día en un avituallamiento o cruce, esperando a que pasemos por allí y encima recibirte con una sonrisa en la boca y dando ánimos constantemente. Bueno, ya estamos en el kilómetro 35, seis horas y cuarto de carrera y todo en orden.

Buts 4

FRÍO EN LOS VALLES Salimos de Orozko con la misma sensación que hemos padecido toda la noche cuando bajábamos del monte a algún pueblo, el frío. Teníamos ganas de ascender, ya que por el fenómeno de inversión térmica hacía menos temperatura en los valles que en el monte. Ahora tocaba la subida más larga de la carrera. Unos diez kilómetros donde, quitando algunos pequeños tramos, todo el rato íbamos sumando metros a nuestro contador de desnivel positivo. En alguna de estas zonas empiezan las piernas a decirme “oye tranquilo, cuidado que ya llevas 40 kilómetros y más de siete horas y o nos cuidas o igual no llegamos”. Así que, como Aitor también tiene algún pequeño aviso, nos lo tomamos con un poco más de calma y después de ver el precioso amanecer y pasar por la cima del monte Oderiaga, bajamos al refugio de Austigarmin (kilómetro 48), donde llegamos a las 9 de la mañana.

ANTE EL IMPONENTE GORBEA Aquí nos encontramos con Jon, que nos cuenta que es su primera carrera de esta distancia, que lo mas que ha corrido por monte son 40 kilómetros y que tiene mucho respeto por la longitud, así que va tranquilo. Se le ve bien y, además de compartir después avituallamiento en Murgia, le vería en meta donde llegó con un tiempazo de 21 horas y 30 minutos. ¡Zorionak Jon, carrerón el tuyo!

Salimos Aitor y yo del refugio y enfilamos la subida más dura, la del Gorbea, al cual llegamos, con bastante esfuerzo, veinte minutos antes de las 11 de la mañana. Pasamos por tramos de nieve, que aguantaba ahí desde hacía tres semanas, y lo peor, sorprendentemente, no fue la subida sino los seis primeros kilómetros de bajada, ya que la nieve nos dificultaba bastante el correr. Finalmente llegamos a Murgia (kilómetro 64) en menos de trece horas, mejor de lo que yo había imaginado en mi previsión más optimista.

UN NUEVO ACOMPAÑANTE En Murgia me esperaba David, que me acompañaría durante el resto de la carrera hasta la meta. La organización ha habilitado la figura del bidelagun, que no es más que un compañero de fatigas que podía hacer la carrera en los últimos 44 kilómetros junto al corredor titular. Se trata de un apoyo muy importante, sobre todo para mí que, además de ser un gran amigo, se trata de una persona que me conoce muy bien y sabe regularme el ritmo perfectamente. Pues bien, tras un cambio de ropa completo y un plato de pasta reparador, salíamos ambos para afrontar la última parte de la carrera. Mi, hasta ahora, acompañante Aitor había salido diez minutos antes, también con bidelagun.

A mitad del tramo entre Murgia y Otogoien dábamos caza a Aitor, que por culpa de una pequeña pájara se quedaría atrás y ya no volveríamos a coincidir. Eso sí, finalmente consiguió llegar a meta con más de una hora para el cierre del control. ¡Zorionak Aitor, muy buena carrera la tuya!

Llegamos a Otogoien (kilómetro 75) sobre las 15.20 horas tras casi quince y media de prueba. A estas alturas el calor ya empezaba a hacer mella en mi cuerpo y notaba bastante la fatiga, pero todavía tenía fuerzas para continuar con bastante solvencia. Es en este punto donde conocimos a un tocayo mío, Gonzalo, con el cual hicimos grupo hasta la meta. Gonzalo es de Vitoria, pero ahora reside en Orio y, a pesar de ser solo su segunda vez en este tipo de pruebas, la verdad es que hacia arriba iba bastante fuerte. Lástima que los pies le pasaran algo de factura cuando el camino se ponía en descenso. Aún así, nuestro ritmo era parecido con lo que tomamos la decisión de seguir juntos hasta meta.

CON LOS PIES MACHACADOS Una vez pasado el calvario del tramo entre Otogoien y Nanclares, mucho calor en la subida sin apenas sombra además de una bajada con bastante piedra que nos machacaba los pies, llegamos al anteúltimo avituallamiento (kilómetro 90), en el cual nos trataron como reyes. Nos recogieron los bastones, nos rellenaron los botellines mientras estábamos sentados, nos preguntaron una y otra vez si necesitábamos algo… Lo dicho un diez no, un once para todos los voluntarios de la carrera. Allí ya nos abrigamos, la noche estaba cerca y con el frontal en la cabeza iniciamos el último tramo.

El último tramo comenzaba con un cortafuegos que solo de verlo asustaba, ya que a las alturas que estábamos de carrera cualquier pequeña subida ya daba respeto. Pues bien, esta daba miedo de la pendiente que tenía, pero como no había otra, la afrontamos con paciencia y llegamos arriba justo al anochecer. Con el frontal ya encendido, pasamos por San Miguel, Busto y Zaldiaran, desde donde vimos la preciosa estampa de Vitoria iluminada a lo lejos, que junto con la misma imagen de Bilbao al empezar y el amanecer en el parque del Gorbea, ya daba sentido a esta aventura.

VITORIA, POR FIN Llegamos al último avituallamiento, Zaldiaran (kilómetro 100), con pocas fuerzas ya, pero sabiendo que solo nos quedaba bajar. Después de volver a alucinar con los voluntarios, más de ocho horas allí y no se les borraba la sonrisa, enfilamos la bajada. Tras cuatro kilómetros de descenso y otros cuatro por el bosque de Armentia y las calles de Vitoria, llegamos a meta en 23 horas y 5 minutos, con la alegría de haber terminado y el cuerpo, cómo no, bastante fatigado.

Además de las de Aitor, Gonzalo, David, Jon y Asel, hay más historias dentro de esta carrera y no todas con final feliz. Tanto Borja como Rubén, por ejemplo, tuvieron que abandonar en Orozko y Areta, respectivamente, por problemas de estómago y una caída en el caso de Rubén, que es peor por el daño que eso supone. Mucho ánimo para ellos de mi parte. También está la historia de Mikel y Alex, que en su primera ultra consiguieron llegar a meta, el primero el vigésimo de la clasificación y en el caso del segundo el 61, una pena unos problemas finales que le hicieron perder unos puestos. Pese a todo, menudo inicio para los dos en el mundo del Ultratrail.

Y cómo no hacer referencia a Abel, Spiderabel, un chico de Amurrio cuya peculiaridad es que siempre va vestido de Spiderman para despertar una sonrisa de los más pequeños cara a que vean el deporte de otra manera. Abel también colabora con la Asociación Montes Solidarios, una entidad privada sin ánimo de lucro que se dedica a la promoción y organización de actividades de montaña dirigidas a personas con diversidad funcional y de la que forma parte como guía de montaña para ciegos.

Buts 3

Finalmente hacer referencia a David, un chico de Santurtzi que, sin contar con el apoyo de grandes marcas, haciendo vídeos durante la carrera para su canal de YouTube (David Santurtzi), consiguió llegar a meta en una estupenda cuarta posición. No os perdáis en su canal su resumen de la carrera, un vídeo espectacular. ¡Zorionak David!

Dar las gracias por ultimo a toda la gente que me ha mandado fotos, me ha contado historias y, cómo no, a la organización por su trato exquisito durante todos estos días. Seguro que nos volvemos a encontrar. Enhorabuena a todos los participantes, hayan llegado o no, solo estar en la salida de este tipo de carreras es todo un triunfo. Nos vemos en la siguiente carrera.

CCC (Correr contra la cabeza) 101km + 6100 por Raul Macarro Torres «Mako»

Esta es una crónica de la carrera CCC 2018 del Ultra Trail de Mont Blanc contada en primera persona por nuestro compañero Mako. Sin mas preámbulo os dejo la crónica.

CCC (Correr contra la cabeza)
101km + 6100
17 posición absoluto

mako

Al final, este es mi «Diario publico» en el que queda constancia las cosas que me van pasando en esto de correr por las montañas, y a pesar de que han pasado 2 semanas desde la carrera y ni siquiera he tenido tiempo para sentarme a escribir lo que viví en Chamonix
(tampoco he tenido muchas ganas porque fue un sabor agridulce) ya que había que preparar la siguiente 14 días después, no quería pasar página sin dejar esta carrera en el olvido, ya que sea bueno o malo lo vivido, me gustará recordarlo y me ha costado muy poco olvidarme de mi paso por la CCC. Pero recordar también que hay veces que las cosas no salen bien, puede ser beneficioso para corregirlo en el futuro.

Mako 5

Fue una carrera en la que me sentí incomodo desde la línea de salida, con la sensación de que no me gustan las cosas por «todo lo alto» y disfruto más con algo más sencillo y cercano. Pero esto es el UTMB, la carrera con mas repercusión mediática del planeta. Desde el km 13 tuve una caída en la que un fuerte espasmo en la zona del pulmón condicionó la carrera. Provocándome una contractura en el tórax que oprimía las costillas y no me dejaba respirar con normalidad. El susto fue grande ya que hace unos años tuve un neumotórax y las sensaciones eran parecidas. Así que aparte del dolor físico, la imposibilidad de respirar fuerte por lo que no podía correr con la intensidad para la que había estado entrenando, el dolor si bajaba con la rapidez a la que se podía correr en muchas de las bajadas y la cabeza recordándome que abandone y que abandone y que abandone y que soy idiota por no abandonar, corrí los 83 km restantes a disgusto. No solo sin disfrutar, sino que además era una sensación desagradable, obligándome a correr en tramos en los que no queria correr, solamente por el hecho de que podía conseguir una posición decente en la clasificación. Intenté pelearme con mi cabeza, era consciente de lo que me estaba pasando y aun así, no fui capaz de darle la vuelta a la situación. La cabeza me ganó de principio a fin y fue un correr desagradable. Estaba en un estado de bipolaridad, o tripolaridad… Tan rápido me animaba como me insultaba a mi mismo, tan rápido intentaba sacar un esfuerzo como que lloraba de la rabia… Tan rápido pensaba que aguantar así me hacía fuerte, como que me sentía un cobarde por no ser capaz de decir «hasta aquí». Busqué excusas para abandonar durante la carrera, como las rozaduras que mi pantalón de 4€ que decidí usar para estar ajeno a todo ese circo de marcas y patrocinios me hicieron, y que me molestaron durante 7h de carrera, pero me dije a mi mismo que eso no era excusa suficiente. O como cuando por culpa del frio y por no parar a abrigarme durante una tormenta, llevaba las manos heladas y no era capaz coger sales de la mochila, y estuve 3h sin tomar ninguna, pero al final le pedí a un corredor que me las abriera y me ayudó. O como ese botellín que me rellenó un voluntario, me lo debió cerrar mal y con la vibración al correr se fue vaciando y me quede sin agua antes de la cuenta. Ahí si que llevaba un rato al borde de la deshidratación pensando en que no llegaría al próximo avituallamiento, pero justo antes de darme por vencido apareció una fuente y me quito otra excusa. O como cuando me perdí ya de noche al salir de ultimo punto de control y perdí 10 min y dos posiciones… pero eso no era mala suerte, eso era culpa mía por no seguir bien las marcas y además solo quedaba la ultima bajada de 7 km. La mayor excusa y por la que no abandoné fue por los problemas de tórax, y si no abandoné por eso, el resto de «problemas» no eran excusa suficiente…

Mako 3

Acabé la carrera en el hospital, descartando algún problema grave mediante una ecografía. Unos cuantos días con mucho dolor, con la incertidumbre de si podre estar bien 14 días después para el campeonato del mundo de Skyrunning Ultra. Corrí 100 Km sin disfrutar ninguno, con dolor, buscando excusas para dejarlo, fue un correr
desagradable, sin intensidad, sin sentirme competitivo….tuve muchas excusas para abandonar y solo una para seguir, y era que estaba consiguiendo una decente posición en la clasificación a pesar de no estar haciendo la carrera que podría y quería hacer. Pasar penurias por verte en una clasificación, me dejo bastante mal sabor de boca…Una vez acabado, te das cuenta de que esa clasificación no sirve para nada…

Mako 4
Escribo esto una vez he vuelto del Campeonato del mundo de Skyrunning Ultra en Escocia, donde en teoría, no es el mejor escenario para recuperar sensaciones. Los problemas del tórax no me han impedido ni influido lo más mínimo en lo que ha pasado allí. Zohiartze Moral, a quien confío todos mis problemas físicos se ocupó de quitarme otra excusa más, pero siguiendo el orden cronológico, primero tenía que escribir esto….
Escribo esto de la misma manera que corrí está carrera, sin ganas😔..
Lo que pasó en Escocia lo contaré enseguida.

Mako 2

https://www.facebook.com/raul.macarrotorres.5/videos/329531440941145/

Comunicado para socios y simpatizantes

Marcha Familiar Pagasarri

 

Estimados socios y amigos,

Desde Basajaun Mendi Kluba, queremos recordaros que el sábado 30 de diciembre a las 10 de la mañana vamos a hacer una salida familiar andando al Pagasarri desde el parking de Igertu. Creemos que es importante que acudáis por tratarse de la última salida del año y con intención de celebrar todos estas fechas.

Por otro lado queremos informaros del deseo de incentivar el uso de la camiseta del club en las diferentes marchas o carreras en las que participemos. Para ello vamos a organizar algún tipo de premio a l@s soci@s que así lo demuestren, lo cual ya iremos informando.

Basajaun se identifica única y exclusivamente con el deporte, la montaña y sus soci@s. Las opiniones personales de soci@s o directiv@s en diferentes foros, son opiniones personales que nada tienen que ver con la filosofía del club. El nombre Basajaun, surgió como una iniciativa de los soci@s de regenerar el club y con ese espíritu de soci@ de a pie hemos pretendido dirigirlo. A día de hoy podemos decir que hemos cambiado el nombre y los estatutos del club, hemos organizado diferentes iniciativas con mayor o menor éxito, han pasado diferentes personas por la junta directiva y estamos abiertos a nuevas incorporaciones y proyectos.

Nos gustaría identificarnos con un club que basa su filosofía en lo cercano y con la cultura local, como así lo atestigua nuestro nombre y colores, los cuales nos gustaría llevar por las diferentes pruebas montañeras, buzones y montañas.

 

Os esperamos el dia 30 de diciembre en el parking de Igertu a las 10:00 para hacer la tradicional subida al Pagasarri.

Un saludo,

BASAJAUN MENDI KLUBA

basajaunmenditaldea@gmail.com

Tercer club de Euskadi de Ultradistancia

Como podéis ver en la foto, tenemos el trofeo que acredita a Basajaun como el tercer equipo de ultradistancia de Euskadi. La verdad es que ha llegado de una forma un poco inesperada, todo hay que decirlo. Por eso nos ha hecho mas ilusión.

Trofeo Basajaun carreras ultradistancia

Con todos los ultreros que tenemos en el equipo, esta ha sido la carrera de la Basque Ultra Trail Series (Iruñea Donosti), donde menos Basajaun han corrido. Pero la carrera de Josu y Raul ha sido excepcional.

Zorionak makinas!!!

Josu y Raul Buts Iruñea Donosti

Como ganar una carrera descalzo.

Nuestro compañero Raul «Mako» para los amigos, es un corredor que despierta sorpresa y admiración. Sorpresa para los que disputan los podios, por ser un corredor recién llegado, al que no conoce casi nadie, lo cual no ha impedido que gane la mayoría de las carreras que ha corrido. Admiración la que creo entre los asistente y los voluntarios, en la carrerona del Agua  (Campeonato de Asturias de larga distancia), por perder una de sus zapatillas, lo que le obligó  a correr 3 km con un pie descalzo y otros 10 km con una bota de montaña 2 números mas pequeña, en uno de de sus píes, lo cual no le impidió ganar la carrera.

Mako Carrerona I

A continuación podéis leer su descripción de lo sucedido de su puño y letra.

«PODRÉ CORRER 1000 CARRERAS PERO ESTO LO RECORDARÉ PARA SIEMPRE

La Carrerona del Agua, campeonato de Asturias de Ultradistancia, tuvo una anécdota que fue causando revuelo desde prácticamente el momento en el que pasó. Fue una vez acabada la carrera, cuando con los testimonios de algunos testigos, fue cogiendo forma y expandiéndose con esa mezcla cómica y épica. David Díaz López y yo, llevábamos más de 10km corriendo juntos. Llevábamos un ritmo muy bueno y no teníamos duda de que de seguir así no sólo no nos recortarían tiempo sino que estaríamos aumentándolo. Llegamos a un paso en el que había un charco con barro. David lo bordea y yo voy a pasar por encima. Confío en mis Altra King Mt y su total tracción en este tipo de terreno. Confío tanto en estas zapatillas que además, me dispongo a saltarlo utilizando una técnica que mezcla el salto de una gacela y el de una bailarina de ballet. Al pisarlo, me hundo en una especie de poza de fango que me cubre asta la cintura. Quedó encajado. No puedo salir. Mi sensación es de haber caído en arenas movedizas, y vienen de inmediato a mi cabeza imágenes de dibujos animados. Si, así de cómico. Y te ríes porque no te pasó a ti. Estoy a punto de pedirle a David que tire de mi, pero pienso en la posibilidad de quedar los dos encajados. ¿Os imagináis estar corriendo una ultra, ir en 3ª posición a toda leche en una zona muy corrible y encontrarse al 1º y 2º enterrados en el barro esperando a ser rescatados? En uno de los intentos por salir de allí, pego un fuerte impulso y consigo levantarme. Y es justo en ese momento, cuando escucho perfectamente el sonido de un desatascador al hacer “efecto ventosa”. Si, ese mismo sonido que acaba de venir a tu cabeza….Tardé milésimas de segundo en pensar que eso era imposible, que no podía haber pasado… ¡Joder mi zapatilla! ¡He perdido la zapatilla! Me arrodillo en el barro, escarbo con las manos, prácticamente buceo, saco piedras, pedruscos, mas barro, fango….ni rastro de la zapatilla. David me mira con las manos en la cabeza y sólo díce: “JODER QUE PUTADA” “JODER QUE PUTADA”. Tardo sólo unos segundos en asimilar que no la voy a encontrar. David me está esperando, pero tiene q seguir. Me pregunta “¿Qué hago? ¿Sigo?”. Mi final de carrera se veía cerca. Habíamos dejado 2 Km atrás un avituallamiento de líquido, y de allí, si alguien se atrevía a meterme en su coche, me llevarían hasta la línea de meta para finalizar mi aventura. Hace un tiempo , tuve una época en la que intenté llevar el minimalismo al extremo. Aún la conservo, pero últimamente he sacrificado un poco de idelogia a cambio de poder ir mas rápido en los descensos. Había encontrado el modelo de zapatillas perfecto con ese equilibrio… Usé zapatillas sin amortiguación, sin drop, sin ningún tipo de protección. Les quitaba las plantillas y las usaba sin calcetines. Con una de esas subí el Aneto hace un año. Con una de esas baje del Posets con medio pie fuera por destrozarlas entre las piedras. Me las ingeniaba para correr por nieve y hacer rutas invernales corriendo con zapatillas ligeras, cubriéndolas con los cubrezapatilas de ciclismo y añadiéndole clavos a la suela. Gane mi primera ultra con unas zapatillas de 200gr. Había corrido bastantes km y había machacado mis pies con escarpines de playa comprados en decathlon. Seguro que tu también has tenido unos de esos, de los de la marca Tribord. Y Había probado alguna vez a correr algún km totalmente descalzo por terreno liso. Había leído mucho sobre los Tarahumara, esa tribu de México que viven aislados en las Barrancas Del Cobre y que corren distancias ultramaratonianas para desplazarse a otros pueblos, y lo hacen vestidos con una túnica y en sandalias. Unas sandalias que se fabrican ellos mismos……. Quería ser como ellos. Quería correr de la manera más natural posible, sintiendo el terreno, siendo eficiente en cada paso. Llevaba tiempo buscando la excelencia en la técnica de carrera… Quería ser como ellos…..De repente lo entendí todo… No me daba la gana de irme a casa. No había venido aquí para esto. De repente lo entendí todo. Me retiré de la última ultra por hacer mal las cosas y hoy era una prueba muy importante para mí. Pero hoy no había hecho nada mal… de repente lo entendí todo…¡acababa de entenderlo! Lo que pensé que no podía ser real, lo que pensé que no podía ser tan mala suerte ,pasó a convertirse en mi momento de gloria. Quería ser como ellos, como los tarahumara. El destino me estaba brindando la ocasión que había soñado durante mucho tiempo. Me estaba dando la oportunidad de ser uno de ellos. Esta vez no era un juego. Era Una situación real. Una competición. ¡Una Ultra! Ni mas ni menos. Tenia el privilegio de verme en esa situación. Tengo q agradecérselo al destino una y mil veces. No se que había hecho para merecerme algo tan bueno. -“íbamos David! Yo voy descalzo”. Tu te ríes, pero la cara de David era de total preocupación. – -“¿Descalzo? No hagas eso Joder! Vuelve al avituallamiento de atrás, ya te conseguirán una playera” Antes de que acabase la frase yo ya estaba en marcha. David venia por detrás diciendo -“Pero…¿Y las piedras?, te vas a clavar algo, no hagas eso tío” -“pararé cuando me lo clave, hay que intentarlo, ¡hasta la bolsa de vida tío!, ¡hasta la bolsa de vida!” No quería retrasar el ritmo de David. Bastante que me esperó mientras chapoteaba en el barro. La adrenalina, las ganas de hacerlo bien hacia q fuera rápido. Mantuvimos los ritmos. En ese momento no sentía ningún tipo de molestia, corría fluido, me sentía ligero, sentía el terreno. Corría por la montaña descalzo, lo que muchas veces había soñado, era un Tarahumara… Había entendido todo y enseguida empecé a divertirme… Llevaba todo el cuerpo cubierto por una capa gruesa de barro. Mis intentos por quitármelo no hacían mas que expandirlo. Las boquillas de los bidones de agua que portaba en la mochila se habían impregnado. En Cada sorbo que daba, tragaba agua y barro. Tuve que quitarme algún moco de esos que parecen piedras que se había formado al secarse la tierra en mi nariz. David tuvo que darme una pastilla de sales. Los dos tomamos una cada hora de carrera para evitar la deshidratacion, y allí llevábamos unas 4 horas. David limpió con su camiseta unas de mis manos de barro y la esfera del reloj donde consultábamos tiempo, distancias, ritmos y el track del recorrido cuando teníamos alguna duda con el camino. No fue fácil quitar el barro de ahí. Corrí con un pie descalzo 3km!! Controlaba el terreno, intentaba pisar en la zona menos lesiva, estaba disfrutando, no se me pasó por la cabeza en ningún momento que algo podría ir mal. Íbamos igual de rápido. Me atrevería a decir que seguíamos aumentando distancia sobre los perseguidores. Evitaba pisar cualquier charco del camino, no quería volver a caer en ninguna “trampa”. Tuve la suerte de que no era la parte más técnica del recorrido ni nos tocó ninguna bajada muy complicada. Todo estaba de mi lado…. Giramos una curva, aparece un hombre….pelo blanco, brazos cruzados, estaba como esperando…. Esperaba a que llegaran los primero corredores para guiarles en un cruce. Lo que el no sabía, es que yo también esperaba a el. Era Chus Martínez, a quien desde entonces sus compañeros iban a llamar “El ángel de la bota”. El fue mi ángel… … Chus es un voluntario del grupo de montaña “Suero de Bimenes”. La carrera estaba transcurriendo en ese momento por los montes de ese concejo y Chus era uno de tantos voluntarios que colaboraba con la organización para que la carrera transcurra lo mejor posible. El “ángel de la bota”, llevaba unas botas de montaña de las de toda la vida, eran unas botas antiguas y estaban completamente llenas de barro. -“¡La bota por favor!¡déjame la bota! ¡He perdido mi zapatilla y llevo un rato descalzo! Chus reaccionó como si se llevase un pequeño susto ya que llegábamos gritando. -¿Qué talla es? – pregunté -“41 dijo Chus” Entonces le mentí…….iba a ser mi ángel y yo le mentí.. .Me arrepiento… -“Justo mi talla” le dije. Cuando la zapatilla que había perdido era un número 43… Vale, todos hemos contado alguna pequeña mentira sin maldad para salvar alguna situación, pero Chus no se merecía esto, no se merecía ninguna mentira de mi parte. Me arrepiento. Ya le he perdido perdón por ello. No tuve que dar ningún tipo de explicación. Chus se agachó, soltó el nudo de los cordones, se quitó la bota y me la dio. Fui a ponérmela y me di cuenta que se había quitado la bota izquierda, y yo necesitaba la derecha. ¡Joder! A perder más tiempo pensé…..se me pasó por la cabeza ponérmela en el pie derecho y seguir, solamente por no perder más tiempo. Hice el gesto de ponérmela aun sabiendo que era del otro pie. -“ ¡Esa no! ¡La otra! Es la derecha! ¡Joder! Maldigo una y otra vez esa frase, ¿por qué narices tuve que hacerlo? ¿por qué narices no me puse la bota izquierda en el pie derecho y seguí? Si de por sí esta historia es muy grande, podría haberla bordado aceptando lo que el destino me estaba proponiendo. Maldigo mi decisión una y mil veces. Si el perder una zapatilla , correr 3km descalzo, encontrase a Chus, ponerme sus botas 2 tallas más pequeñas, y correr otros 10km con ellas para ganar esta carrera creéis que tuvo algún mérito, lo hubiese tenido mucho más, si además esa bota hubiese sido del pie contrario. MALDIGO la maldita decisión que tomé. El destino me estaba ofreciendo la gloria, me estaba ofreciendo ser uno de los protagonistas de una historia muy grande, y yo no lo acepté. Cambié el curso de lo que podría haber llegado a ser sólo por ir un poco mas cómodo y tener la sensación de ir un poco más seguro con la bota del pie correcto. En ese momento tenía la cabeza tan fuerte que hubiese podido con cualquier cosa. Nada me hubiese parado. Estoy convencido de que lo hubiese conseguido.. No recuerdo si Chus se calzo la bota izquierda antes de quitarse la derecha, pero recuerdo que el mismo se agachó para atármelas. Era difícil hacer nudos por la cantidad de barro que tenían los cordones. Hizo lo que pudo. Los cordones quedaban muy largos. Metí el sobrante por dentro de la bota para no pisarlos y seguí corriendo mientras le daba las gracias gritando. Le dije que se la dejaría a la organización, que se la harían llegar. Chus se quedó descalzo. Cogió una bolsa de plástico y se envolvió el pie para poder apoyarlo sobre el barrizal. Avisó de lo que había pasado a sus compañeros y esperó hasta que le acercaron otras zapatillas. Me pregunto que pensarían otros corredores cuando iban llegando al lugar donde estaba Chus y se encontraban con un voluntario con una bota de montaña en un pie y una bolsa de plástico en el otro. Para mi, solidaridad no es tener cientos de millones y donar algunos a una ONG para después salir en el periódico contando lo carismático de tu obra . Para mi, solidaridad, es tener una bota en cada pie, encontrar a alguien que solo tiene una, darle la tuya quedando descalzo, quitarle importancia y no preocuparte de si la bota volvería a aparecer. Chus me la dejó a mi como se la hubiese dejado a cualquiera ajeno a la carrera que estaría dando un paseo y se lo hubiese pedido. ¡¡Corrí 10 km con la bota de Chus!!! Esa bota pesaría un kilo. Ya no era un tarahumara. Esa bota era lo menos parecido al minimalismo que tenía como filosofía. Manteníamos ritmos, seguía yendo fluido, sin sensación de pesadez….la cabeza seguía tan fuerte que no diferenciaba entre mi zapatilla, la bota o ir descalzo. Sólo perdimos tiempo en las 6 o 7 veces que tuve que parar a volver a atar los cordones. ¡Joder Chus! Podrías haberte esforzado un poco en hacer un buen nudo. Íbamos pasando por avituallamientos, cruces con voluntarios y algunas personas de fuera de la carrera que creo aprovechaban a entrenar por la zona. Algunas de ellas eran conocidos de David. Cada vez que veíamos a alguien gritábamos “Un 43, una zapatilla del 43”. El próximo objetivo era cambiar la bota por cualquier tipo de zapatilla deportiva, sea o no de trail. Las reacciones de la gente al vernos gritar eran de absoluto desconcierto. A algunos nos daba tiempo a contar lo que pasaba, otros creo que no se llegaron a enterar, otros me veían directamente con una bota de montaña y algo no les cuadraba. Preguntábamos cuanto quedaba hasta la bolsa de vida, pero era más de lo que pensábamos. No estaba sufriendo por correr así, pero si llegaba hasta donde estaban mis playeras de repuesto, la cabeza descansaría de esa incertidumbre de pensar hasta donde podría llegar así. Llaneaba bien, subía bien, bajando sentía que aflojaba un poco. David me decía que iría yo primero para marcar el ritmo. De vez en cuando le preguntaba si era buen ritmo , si quería ir mas rápido. Yo no quería ser una carga -“Cojonudo!, llevas un ritmo Cojonudo” “si yo iría sólo no estaría yendo mas rápido de lo que vamos” “Llevamos más de un maratón y vas con una bota a un ritmo cojonudo” Saber que no le estaba entorpeciendo me aliviaba. Pensábamos que quedaba mucho para la bolsa de vida, cada vez que pasamos por un avituallamiento de sólo líquido, pensaba que sería allí, pero se trataba de un espejismo tras otro. Un chico nos dice que quedan aun más km de los que pensábamos. Habíamos pasado unos cuantos puestos de avituallamiento y llegamos a otro más. Aquí están varios miembros de la organización, entre ellos Pablo Alvarez, que también se iba a convertir en uno de los principales testigos de la historia. Relleno las botellas de agua, me como un trozo de plátano mientras les cuento la historia y les pregunto cuanto queda hasta la bolsa de vida. -“Está aquí” “Las bolsas están aquí”…. -“No, pero yo me refiero a la bolsa de vida, allí tengo zapas para cambiarme” -“Están aquí” “son estas” y me señala a un montón de bolsas que hay preparadas. -“Joder! El 51, soy el número 51” Hay una chica joven, con un niño. Soy muy torpe calculando la edad, sobretodo de los niños pero diría que tenia 13 años. Distingo mi bolsa entre las demás. Alivio…… Es la primera vez en mi vida que me siento en un Avituallamiento. Entre la chica joven, el niño y Pablo me ayudan a desatarme la zapatilla y la bota. Llevo unos calcetines de esos que metes los dedos por separado como si fuesen guantes para las manos. Nadie me dice nada pero seguro que también les resultó curioso. Me los quito. Llevo los dos primeros dedos de cada pie cubiertos con un algodón que usa Lorea en casa para quitarse el esmalte de las uñas y que siempre me riñe por robárselos a escondidas, los fijaba a los dedos con un par de vueltas de esparadrapo para amortiguar el golpeteo de las uñas que tengo medio colgando de tanto correr. Hoy toca bronca cuando se entere de que se los he vuelto a robar. La voluntaria tiene el increíble valor de ayudarme con los calcetines aún viendo la lamentable imagen que dan mis pies. Mi compasión hace que se lo agradezca pero que sea yo mismo el que se pone el calcetín y evitar que tenga que pasar el mal trago de tocar mi pie al ponérmelo. Me ayudan también a ponerme las zapatillas. El niño colabora cogiendo mis anteriores calcetines. Como dentro de la bolsa también había un pantalón y una camiseta por lo que pudiera pasar, tienen el detalle de buscar una bolsa, y guardar aparte calcetines y zapatilla para que no manche la ropa limpia. Hasta ese punto llega la delicadeza de los voluntarios de esta carrera. Tengo mis zapatillas puestas. Otra vez zapatillas ligeras, otra vez zapatillas con ese equilibrio perfecto entre minimalismo y protección. No era mi intención usarlas pero incluso son mejores que las otras para el tipo de terreno que queda. Me levanto, agradezco a todos que me hayan cuidado como en casa, con cariño…Doy 3 pasos, ¡esto es Muy, Muy, Muy cómodo ” -“David!!!! Ahora vuelo!!!! -“¡¡¡¡¡No me jodas tio!!!!”

En el siguiente enlace podéis escuchar la entrevista en la radio Marca Runner Asturias, sobre el minuto 6.

También os dejo los artículos de periódico donde describen la noticia.

http://www.lne.es/deportes/2017/07/09/triunfo-compartido/2132648.html

http://www.elcomercio.es/asturias/siero-centro/victoria-deja-huella-20170713023814-ntvo.html

Aquí un vídeo de un voluntario youtuber.

 

 

Temporada 2017

Este artículo pretende ser un pequeño resumen de lo que llevamos de temporada, respecto a las participaciones de nuestros Basajaun en diferentes carreras en este 2017.

Primero vamos a destacar a Raul Macarro que gano la carrera de Ultra Trail Enkarterri Extrem con mucha autoridad. Aunque parece increíble es la segunda carrera que corre y fue toda una sorpresa.

Estaremos expectantes en la siguiente ultra que corras Raul.

Raul

Seguimos con podiums y aquí tenemos a Diego Pascual segundo clasificado en Arrigorriaga Trail Asteburua. Prueba que consta de dos carreras, una nocturna y el mismo recorrido a la mañana siguiente.

meArrigorriaga Trail asteburua

Seguimos con otro segundo puesto de Itxaso en Enkarterri Short Trail. Zorionak Itxaso!!!

Itxaso

Hemos tenido ademas representación de Basajaun en las dos etapas de Basque Ultra Trail Series. Destacando Josu Millan, donde también estuvieron Daniel Ezama y Gonzalo Perez.

Juan Miguel Serrano estuvo representandonos en transvulcania.

También hemos estado en carreras como Apuko Igoera, Tres Valles, Mugagabe Trail, Mendiñaka, Mondragon Udalataitz, Mello Saria, Runela, UPTE y Subida a Ioar del campeonato de Euskadi, la Quadra Trail, en diferentes etapas de la BKT,…